Un tema muy interesante que me ha llamado la atención es la teoría no científica del niño interior. Si de verdad está allí. ¿No se han sentido en alguna ocasión con ganas actuar con más libertad? ¿De subir a un árbol, de caminar bajo la lluvia, o como dicen por allí: bailar como si nadie los viera?
Jusús según la Biblia dijo alguna vez: "En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos". Entonces recuerdo cuando los adultos muy adultos o incuso jóvenes que aconsejan, ya deja esas muñecas, ya creciste. Ya deja ese fut-bolito, ya creciste. !¿Y qué?!
Sólo por que nuestro cuerpo cambia no significa que dejemos de tener sueños, ilusiones, que queramos hacer cosas simples pero que nos dan alegría. Pero que dejamos de hacer porque otros las tachas de ridículas. Si alguien se burla o nos ve como que estamos locos.
Y ¿que será peor? Actuar igual de maduros como todos, como zombies o como alienados; o de manera original, de acuerdo a lo que nos dice esa personita que no vemos, pero que muchos sienten dentro, en lo profundo de si mismos. En un rinconcito abandonado de nuestro corazón y que enterraron alguna vez.
Por allí encontré una historia:
Había una vez una niña muy alegre que hacía todo lo que hacen las niñas, jugar, disfrutar cada día y los detalles en ellos, como las flores, la luz de las estrellas. Con confianza en ella misma, no sabía decir "no puedo", entre muchas otras cosas.
Pero con el paso del tiempo, esa niña fue encerrada en un pozo oscuro por una mujer adulta. Al principio se le dejaba salir, pero poco a poco se quedó allí y muy pocas veces era visitada. De vez en cuando la dejaban ver el exterior, pero ya nunca salir.
Un día, después de 20 o 30 años, la mujer la visitó. La niña le preguntó entonces:¿Quién eres?
Soy tu, le dijo, tu otro tu-le dijo la adulta.
¿Y que haces aquí?, hace mucho que nadie me visita.
La adulta le dijo: Por eso estoy aquí, alguien me hizo ver que te dejé aquí sola mucho tiempo.
¿Cómo te sientes?, Le preguntó la adulta a la niña?
Sola y muy triste, contestó la niña con sinceridad. Le contó acerca de todas las veces que intentó que alguien la escuchara, y no lo logró. De todas las veces que intentó de salir de esa prisión a lo largo de varios años, hasta que se rindió,
La adulta lloró, la abrazó, y le pidió perdón. Le prometió que ya no hiba a pasar.
Que a partir de ese día, sería libre para salir cuando ella lo quisiera, que a partir de ese día le prometía no dejar que nadie le hiciera daño, incluyéndose ella misma (la adulta).
La mujer pasó ese tiempo muchas horas con la niña. Le estuvo explicando que cuando empezó a crecer empezó a recibir críticas por ser ella misma, (no hagas esto, no hagas lo otro, te ves gorda, te ves flaca, no te pintas, te pintas mucho, etc., etc.,) lo cual le quitó confianza, empezó a recibir responsabilidades y poco a poco dejó de darse el tiempo para estar con ella. Empezaron a enseñarle que la vida no es un juego, y que no podemos hacer lo que queramos, que tenemos que tener los pies en el suelo, y que a veces los sueños no nos dejan dinero para comer-salvo excepciones.
Pero Ahora comprendía el daño que le había hecho a ambas, y que los adultos que le enseñaron eso son personas asustadas y/o reprimidas igual que ella lo estuvo.
Hoy entendía que las críticas nunca se podrán evitar, que hay tiempo para todo sabiéndose organizar, que no por ser feliz dejará de ser responsable. Que la vida, es verdad que no es un juego, pero sin alegría y libertad la vida... ¡No es vida! Que los sueños son posible, y que no debemos dejar de tenerlos, porque con la muerte de cada uno de ellos se va muriendo un pedacito de nosotros mismos.
Todo esto lo había aprendido, porque desde que la dejó allí olvidada la mujer adulta poco a poco perdió la sonrisa, sintiendo a su niña llorar. ¡Pero nunca más!
La niña se puso feliz, se volvió a sentir querida, querida por su adulta, es decir, por ella misma.
(Adaptación de https://www.youtube.com/watch?v=kgf3O3UHYnI)
Relacionado a esto del niño interior, encontramos actualmente su aplicación en Psicoterapia con el análisis transaccional. Claro que en otros términos donde se menciona el yo padre, el yo adulto y el yo niño. Si de pequeños sufrimos de maltratos, si nuestros padres no nos dieron adecuados modelos de vida, las consecuencias pueden llegar a nuestra vida adulta. ¿Funcionaran?
Convendría reflexionar sobre el tema, cuidar a nuestro niño interior si es que existe, y ¿por qué ponerlo en duda? Por que no se ve.